La paja del arroz, de residuo en los campos a elemento constructivo | Las Provincias

2022-09-03 11:25:43 By : Ms. qiaoping feng

La fachada del centro de día. / LP

La paja del arroz, que si se queda en los campos provoca un desastre ecológico y cuando se quema acentúa la contaminación, es sinónimo de sostenibilidad bien utilizada. Este residuo retirado del marjal de la Albufera se ha utilizado como elemento constructivo en el nuevo centro de día para personas mayores de Meliana, la primera edificación bioclimática que impulsa una administración pública.

La fase constructiva ya está finalizada y están trabajando en el ajardinamiento del recinto, coincidiendo con los trámites de traspaso del edificio a la Generalitat para que ponga en funcionamiento el servicio.

El proyecto parte de una iniciativa conjunta entre Ayuntamiento, Generalitat y Diputación, dentro del Pla Convivint, para dotar al municipio y la comarca de 60 plazas para personas mayores con una inversión de 3,3 millones de euros de la corporación provincial. Una vez en funcionamiento será la Conselleria de Políticas inclusivas la que se encargue de su gestión.

Para su construcción, la empresa Serpa ha realizado las estructuras de madera con módulos exteriores envolventes con un entramado ligero de paja prensada, recubierta de telas impermeables y transpirables. La fachada del edificio también es de madera, ventilada que, al contrario de lo que se pueda pensar, resiste muy bien al fuego.

Juan Manuel Herranz arquitecto del proyecto que han diseñado los estudios Virai y Estudi PSP, de Madrid y Barcelona, respectivamente, explica las ventajas de esta bioconstrucción que “ofrece un mayor confort a los usuarios, reduciendo las sustancias químicas del ambiente y, por tanto, es más saludables y, al mismo tiempo se han reducido las emisiones de CO2 por los materiales utilizados”. “En Valencia hay mucha paja que se quema y vimos la oportunidad de utilizarla”, puntualiza.

Una estancia y el patio interior del edificio. / LP

A la hora de su diseño se ha tenido en cuenta las personas usuarias y por tanto se buscaba un mayor contacto entre todas las estancias con el exterior, con un patio interno con recorridos verdes que invita a los paseos.

La mayor dificultad con la que se han encontrado a la hora de su construcción con este material de origen biológico y vegetal que no está manufacturado ha sido “encontrar un suministrador de paja de calidad que, también forma parte del objetivo del proyecto, fomentar este tipo de edificaciones para que tengan un mayor impacto y sean más habituales”.

En este sentido, José Luis Pecino, responsable del empacado de la paja que se ha utilizado en este inmueble, explica que este residuo tiene una fuerza que no se encuentra en otros cereales, “se puede hacer una cuerda con ella incapaz de romperse”.

El proceso comienza tras la cosecha del arroz porque esta paja que se utiliza para la construcción tiene una acondicionamiento diferente ya que “hay que separarla muy bien del barro para evitar la humedad, esto es la mayor dificultad”, expone. Pecino también señala que esta bioconstrucción ha despertado el interés de muchos particulares, “una vez han comprobado que se le puede dar esta utilidad en este centro de día”.

Este modelo constructivo, por tanto, se convierte en un ejemplo más que interesante para darle una segunda vida a la paja del arroz de la que Valencia y los municipios de la Albufera son sus principales suministradores, evitando las polémicas quemas o que el residuo acabe contaminando el lago y el marjal.